Así como Ulises y Dante- entre otros- emprendieron largos viajes. A diario nosotros salimos de nuestra Ítaca llamada berilio, para enfrentarnos al océano. Soltar amarras y subir al barco (o 101 para los sin imaginación), y comenzar a navegar en el amplio océano. Ahí comemos nuevos frutos, disfrutamos algunas sirenas, contemplamos nuevos horizontes y atracamos en algún puerto amigo. Así Embriagados de vino y satisfacción, cuando el sol intimida con llevarse su cálida estela, atesoramos lo recuerdos de nuestro viaje y emprendemos camino a casa; a veces con buenos vientos, otras en vela y sin gracia de Poseidón, sin embargo seguimos estoicos el camino trazado por las estrellas.
Con la mochila llena de recuerdo atracamos en buen puerto, en donde cada fin de semana, nos juntamos con otros capitanes y compartimos nuestros viajes, bebemos como piratas, y Proyectamos futuras conquistas o descubrimientos. Teniendo Siempre presentes que mañana habrá otro viaje, del cual quizás no haya retorno a casa.
Con la mochila llena de recuerdo atracamos en buen puerto, en donde cada fin de semana, nos juntamos con otros capitanes y compartimos nuestros viajes, bebemos como piratas, y Proyectamos futuras conquistas o descubrimientos. Teniendo Siempre presentes que mañana habrá otro viaje, del cual quizás no haya retorno a casa.