El jueves es un día irrelevante; no supone la mitad de nada, es odiado por que nos recuerda que queda un día para descansar, usualmente los feriados lo esquivan y además no representa día de descuento en los supermercados, en síntesis, es un fracaso del creador. Sin embargo, esa falta de glamour, hará que pase a la historia, como el día en que Ché Sandoval, pateó traseros tecnológicos y bien pixelados; el estreno de “Te creis la más linda…(pero eris la mas puta)”, encaja un bofetada, de aquellas, a los amantes del cine ,que pasaron de los poto de botella a los lentes 3D. Ché nos demuestra que, con un presupuesto de jubilado, se puede elaborar una película, de notable calidad y perfecta sincronía entre realidad y belleza.
Ché Sandoval, vuelve a los inicios del cine, como un Ulises que vuelve a su humilde Ítaca, después de conocer los reinos más prósperos y nobles. La película una experiencia digna de ver muchas veces. Sin más efectos que: un maquillaje apropiado, que se encuentra en cualquier cartera de travesti; un par de cámaras estáticas, que enfatizan el dialogo más que la acción; una perfecta complicidad entre lenguaje y receptor (película no apta para puristas, ni extranjeros, a menos que esté subtitulada) y la música como lubricante de relaciones y droga emocional, cobra valor con cada pasaje en la noche de un perdedor.
Uno de los puntos fuertes de la película, radica en sus personajes. Javier, nuestro antihéroe, nos demuestra que no necesita una baticueva, ni un Alfred para ser adorable; Santiago es su gótica y su precoz situación, el problema. Armado sólo con un “discman”-que más encima le roban-, cigarros, cerveza y seis lucas, sale a la caza de su batichica de turno, sin éxito por supuesto. Dueño de diálogos mordaces, irónicos y entrañables, nos demuestra que la trillada arenga sobre la libertad y el amor, es superada por el discurso de lo absurdo y el propósito de no tener propósito.
“Te creis la más linda..”, es una tremenda película, realizada en el siglo XXI, por cavernícolas visionarios que vuelven a la placenta del cine, para dejarnos claro que no todo lo bueno viene en binario. y que el cine es la más puta de todas las artes.